¿CUÁLES SON LOS RIESGOS?

Como cualquier cirugía el reemplazo uni-compartimental de la rodilla tiene unos riesgos. Unos están relacionados con su estado de salud y otros son inherentes al procedimiento. Los principales riesgos son los siguientes.

Anestésicos: Aunque preferimos la anestesia regional o raquídea para realizar este procedimiento, en ocasiones es necesario, por elección del paciente o indicación médica, dar una anestesia general. Hay riesgos relacionados tanto con la anestesia general como con la regional. La magnitud del riesgo anestésico depende en general de las enfermedades que tenga cada persona y qué tan bien controladas estén en el momento de la cirugía.

Infección: Las infecciones son complicaciones comunes de los procedimiento quirúrgicos y en el caso del reemplazo de rodilla se pueden presentar en cualquier momento después de la cirugía, incluso años después del procedimiento ya que cualquier infección en el cuerpo puede viajar por la sangre y hacer una siembra en el implante de la rodilla. Las infecciones superficiales se presentan tempranamente en el post-operatorio y se pueden tratar fácilmente con antibióticos. La infecciones profundas se pueden presentar tanto en los primeros días como tardíamente y en general requieren cirugías adicionales para su erradicación. El riesgo de desarrollar una infección profunda en el Reemplazo un-icompartimental de la rodilla es del 1% aproximadamente.

Trombos venosos (Coágulos en la sangre): Los trombos o coágulos en las venas de las piernas o de la pelvis son la complicación mas frecuente en los reemplazos de la rodilla y el riesgo de desarrollarlos es mayor si hay historia de formación de trombos en las extremidades antes de la cirugía. Estos trombos se pueden desprender de las venas y viajar por la circulación hasta el pulmón y poner en riesgo la vida. Por esto establecemos un protocolo claro para prevención de esta complicación. Este incluye medidas intra-operatorias, medicamentos anticoagulantes, movilización temprana y ejercicios de movilidad activa de los tobillos.

Lesiones neuro-vasculares: Rara vez arterias, venas y nervios que rodean la rodilla pueden lesionarse en forma accidental durante el procedimiento. En caso de presentarse una lesión arterial o venosa puede requerirse la colaboración de especialistas en cirugía vascular dificultad para recuperar la movilidad de la rodilla. Si bien la movilidad esperada después de un reemplazo un-icompartimental es de 130° de flexión desde una posición de extensión completa, en algunas ocasiones esto no se logra. Puede ocurrir que por factores constitucionales, se desarrollen cicatrices dentro de la rodilla que dificultan la recuperación del movimiento (artrofibrosis). En estos casos puede ser necesario realizar una movilización temprana de la rodilla bajo anestesia, para romper estas cicatrices.

Dolor Continuo: Unos pocos pacientes siguen sintiendo dolor después del reemplazo de la rodilla por diferentes razones, sin embargo esta complicación es rara y la mayoría de los pacientes experimentan un excelente alivio del dolor después de superada la fase de las molestias del post-operatorio.

Aflojamiento y desgaste: Con el tiempo la fijación de la prótesis al hueso puede perderse lo cual generalmente está asociado al desgaste de las superficies donde se realiza el movimiento y se puede acompañar de pérdida del hueso que soporta el implante. Cuando la prótesis se afloja vuelve a aparecer dolor en la rodilla y hace necesario cambiar el implante.

Progresión de la artrosis en los otros compartimentos: Como lo anotamos anteriormente la artrosis puede progresar en los compartimientos no reemplazados y causar molestias que pueden en ocasiones ser incapacitantes. En estos casos puede ser necesario realizar una nueva cirugía para cambiar el reemplazo parcial por uno total.